lunes, 19 de octubre de 2009

CUBA Y LA POSICION COMUN LATINOAMERICANA


Todo parece indicar que América Latina pretende inaugurar en fecha próxima  una Política Común hacia Cuba, algo similar a la que la Unión Europea estableció en 1996 y que tiene como fundamento promover un cambio pacifico hacia la democracia en la isla.

La mayoría de los países de Europa Occidental, durante el periodo de la Guerra Fría, fueron críticos del régimen totalitario cubano. Posteriormente, y después de la caída del Muro de Berlín, las repúblicas que en su momento estuvieron sometidas a Moscú asumieron un papel contrario al sistema imperante en la isla. Vale la pena destacar que los rivales más fuertes de La Habana en la UE, son aquellos gobiernos integrados por hombres y mujeres que padecieron los rigores del totalitarismo.

Por otra parte los países europeos han tenido históricamente una posición mas criticas hacia el régimen de La Habana que sus pares latinoamericanos. Algunos podrán argüir que en la década de los 60 la totalidad de las naciones del hemisferio, con la excepción de México y Canadá, rompieron relaciones con el régimen de los Castro y que la isla fue separada de la Organización de Estados Americanos, OEA.

Pero tal argumento pierde relevancia ante la evidencia de que La Habana en aquellas décadas promovía la desestabilización de los gobiernos del hemisferio. Cuba fue un sofisticado centro de subversión y preparación de guerrillas rurales y urbanas. Todos los países estaban amenazados por los cruzados del castrismo, y la reacción de muchos de aquellos gobiernos, salvo contadas excepciones,  fue consecuencia de las crisis internas que enfrentaban.

La resolución de la OEA, Punta del Este, Uruguay, que excluyó al régimen de Fidel Castro de la organización, fue adoptada por el voto favorable de catorce gobiernos, Cuba en contra y las abstenciones de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México. La abstención no eximió a esos países de la subversión desestabilizadora que auspició La Habana.

No obstante la política ingerencista Sudamérica empezó a restablecer relaciones diplomáticas y comerciales con Cuba antes de 1975, cuando el organismo regional por medio de otra resolución dejó a los países miembros en plena libertad al respecto. Chile bajo Salvador Allende, fue el primer país que reanudó relaciones con Cuba, 1970, le siguió Perú, 1972 y posteriormente Argentina, 1973.

Bueno Aires le concedió a La Habana, 1973, un préstamo inicial de 200 millones de dólares que alcanzó en seis años los 1200 millones. Deuda que Cuba no ha pagado todavía. Fue el gobierno de Nixon el que aceptó que las automotrices estadounidenses por medio de un acta especial fabricaran autos para ser vendidos en Cuba con crédito argentino.

Pero la asociación de la dictadura militar de Argentina con  su par de La Habana es la mas difícil de entender. Ambas dictaduras, a pesar de sus profundas diferencias ideológicas, se pusieron de acuerdo para meter bajos sus respectivas alfombras a los desaparecidos y a los fusilados.Se asociaron en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra para protegerse mutuamente.

La mayoría de los gobiernos que sucedieron a los que firmaron la Resolución de Punta del Este han reclamado en numerosas ocasiones la reincorporación de Cuba al sistema interamericano y el cese del embargo de Estados Unidos. También han calificado aquella resolución como una impedimenta para los países del hemisferio.

Brasil reinició los vínculos diplomáticos en 1986, porque según afirmaba su cancillería el peligro del Guevarismo había desparecido. Con anterioridad las relaciones culturales y comerciales entre ambos países se habían fortalecido.

El gigante del Sur, tipifica en cierta medida la postura de América Latina hacia el régimen de Fidel Castro, que nunca se ha caracterizado por una posición doctrinal contra el totalitarismo insular. Rió de Janeiro rompió relaciones con Cuba en 1964, después del golpe de estado contra Joa Goulart. Recordemos que el presidente Janios Cuadro en 1960 viajó a Cuba para interceder entre La Habana y Washington, muy similar a lo que realiza Luiz Inacio Lula da Silva en la actualidad, sin dudas, según indican sus actos, el mejor aliado político de los Castro en el continente.

Centroamérica fue la región del hemisferio que mas dilató la reanudación de relaciones con Cuba. El primer país en hacerlo del área fue Panamá, 1974, bajo el general Omar Torrijos. Nicaragua con las hordas comandadas por Ortega en 1979.Guatemala en 1998. Honduras en enero de 2002.Costa Rica en marzo de 2009.El Salvador ha prometido reanudarlas cuando asuma posesión el presidente electo Mauricio Funes.

El reconocimiento diplomático al gobierno de Cuba después de la ruptura de los años 60, ha sido usado por algunos gobiernos de la zona como un instrumento para lograr cierto liderazgo regional al marcar distancia con Estados Unidos y a la vez como una especie de seguro contra la subversión en décadas atrás, y para la desestabilización que puede originarse en La Habana gracias al patrocino de Hugo Chávez, en el presente.

La situación de los Derechos Humanos en Cuba, la permanencia de un régimen dictatorial que ha pretendido imponer su modelo de gestión en el resto del hemisferio no ha sido una preocupación para la gran mayoría de los gobiernos latinoamericanos ni para un amplio sector de su clase dirigente, que solo se percata de los riesgos que han estado corriendo cuando la realidad, personificada en los Chávez y Morales, les aplasta.

La desidia y la falta de solidaridad han sido constantes. Considerar que la dictadura de Cuba es consecuencia de la conducta de un vecino poderoso es ignorar el verdadero escenario, pero es indiscutible que ser comprensivo con el totalitarismo insular ha servido para aparentar independencia.

Donde mejor se ha apreciado la actitud de los estados latinoamericanos con el pueblo de Cuba ha sido en los foros internacionales, y en particular en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas y en el Consejo de Derechos Humanos que le sustituyó. Paradójicamente los países europeos y Estados Unidos han estado más prestos a culpar al gobierno de Cuba de sus abusos, que nuestros hermanos del hemisferio.

No es prudente ser optimista ante una eventual Posición Común de América Latina hacia Cuba. La conducta de los Mesías populistas del cesarismo electoral es compartida abiertamente por la denominada derecha inteligente que simbolizan Felipe Calderón y Álvaro Uribe, mandatarios de México y Colombia respectivamente.

Es evidente y vale la pena repetirlo una vez mas, desde la desaparición de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Luís Alberto Muñoz Marín y otros pocos mandatarios latinoamericanos, el gobierno de Cuba ha sido una piedra en el zapato de los lideres latinoamericanos que solo incomoda cuando sus intereses directos son afectados. La fraternidad de América Latina es una ilusión. Los valores están en quiebra, los ideales en bancarrota. El hombre nuevo está en todas partes.

 Pedro Corzo

Abril 2009