domingo, 16 de agosto de 2009

América en Peligro

El derrocamiento del presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Losada, tiene varias lectura, pero hay una que no puede ser pasada por alto, y es que las necesidades de los pueblos indígenas de América nunca han recibido por parte de los dirigentes políticos nacionales la atención requerida, incluso en aquellos países donde son mayoría o se aproximan a serlo.

 

En este  injustificado descuido hay que incluir a los lideres tradicionales de la izquierda continental, porque salvo contadas excepciones, Víctor Raúl Haya de la Torre entre ellas, nunca asociaron su gestión política a la solución de los problemas de los primeros pueblos americanos.

 

El liderazgo político, sin importar la corriente de pensamiento que le caracterizaba,  se orientó hacia la formación de movimientos sindicales urbanos poderosos  donde por lo menos se practicaba una democracia formal, igual atención recibieron  la clase empresarial y otros sectores de la sociedad, sin embargo el ámbito rural era por lo regular poco atendido, siendo mas aguda esta situación en lo que se refería  a los pueblos  indígenas.

 

Vale destacar que en esta discriminación también incurrió el totalitarismo cubano porque nunca le propició a los pueblos indígenas un rol importante en las actividades subversivas que patrocinó por varias décadas en el continente. lgo similar ocurrió con Haití, que salvo la incursión del verano de 1959, no organizó ni proyectó focos subversivos en ese país. Racismo u Oportunismo?.

 

Los líderes del hemisferio, militares o civiles, que  se han caracterizado por orientar la gestión administrativa hacia sus pares, otros blancos criollos en su mayoría, centraron sus actividades en los desarrollos urbanos. Muchos de estos dirigentes, verdaderos aristócratas por educación y fortuna, y que eran la contrapartida étnica y económica de la mayoría de sus gobernados no valoraron nunca que un número considerable de las poblaciones que dirigían habitaban zonas rurales, vivían miserablemente y eran de una etnia en particular que al ser discriminada sistemáticamente podía generar un sentimiento de rechazo uniforme a los poderes  constituidos.

 

Esta situación de indefensión y abandono se hace más evidente en la actualidad  cuando los mas discriminados de nuestras sociedades pueden atisbar las precarias, aunque mejores condiciones de vida,  en la que subsisten otras personas. Agreguemos a esto que aunque todos no tienen acceso a los  progresos materiales del siglo XXI, los que se encuentran en mejor situación si pueden conocer de los mismo, lo que genera un justo espíritu reivindicativo que es fácil de manipular por  lideres emergentes de la propia etnia, o ajena a esta.

 

Es conveniente destacar también que el incremento de las comunicaciones, la proliferación de organizaciones no gubernamentales que cumplen actividades humanitarias y el intenso proselitismo de algunas religiones en el continente, entre otros factores,  han posibilitado el conocimiento y el contacto entre los diferentes pueblos indígenas, resultado que podría generar en principio en una campaña de reivindicaciones que traspase las fronteras nacionales y que posteriormente, hábilmente conducida por extremistas derive en demandas de cambios políticos y económicos substantivos.

 

Los sucesos de Bolivia, Ecuador y Argentina en menor grado, demuestran que existe el caldo de cultivo propicio para que dirigentes populistas, demagogos de ocasión y la izquierda irredenta que no admite el fracaso del modelo marxista que impusieron en alguno países y auspiciaron en otros,  pretendan manipular a los que menos poseen -preferentemente a los pueblos indígenas- para generar desestabilización en el hemisferio con el fin de provocar los cambios estructurales a los que siempre han aspirado. 

 

Estos subversivos que recurren como primera herramienta de cambio a la protesta cívica, y a la rebelión popular, cuando consideran esta necesaria para sus propósitos,  no descartan el uso de otros métodos mas expeditivos cuando lo ameritan las circunstancias, y aunque la mayoría de ellos tienen un discurso que cumple las pautas establecida por la izquierda marxista: control total de la economía, rechazo de las inversiones extranjeras, y por extensión  condena y repudio de la Globalización, todo aderezado con un fuerte odio a los Estados Unidos y lo que ese país representa,  no están necesariamente afiliados a una corriente política en particular aunque puedan satisfacer las pautas por éstas establecidas.

 

La caída de Sánchez de Losada, Bolivia, como en su momento las de Fernando de la Rua, Argentina, y la de Jamil Mahuad, Ecuador, son  en parte jugada en el mismo tablero y con iguales piezas: Injusticias sociales que desde hace mucho tiempo demanda rápidas y profundas soluciones, y el uso que de estas hacen  los Iluminados que pretenden imponer un estilo de gobierno autocrático y todavía mas injusto que el que buscan  destruir.

 

Aparentemente las ultimas protestas que tuvieron lugar en Bolivia, estuvieron  mejor organizadas que cualquier otra que  haya tenido lugar en ese país, o en naciones vecinas. En las manifestaciones participaron millares de indios y mestizo, mineros y campesinos, entre estos los cultivadores de coca que dirige el líder de los productores de esta planta, Evo Morales.

 

Morales, diputado al congreso nacional por el Movimiento al Socialismo, MAS, y que perdió frente a Sánchez de Losada las elecciones presidenciales del 2002, demanda  una atención especial. Dirige unas 30,000 familias quechuas que cultivan coca, lo que le posibilita una base política poderosa identificada con el proyecto que dice defender. El pasado año recibió de parte Muammar al Gadaffi un denominado premio de la Paz, que contaba con 50, 000 dólares en efectivo y es por otra parte, posiblemente, el indígena americano que mas atención internacional haya recibido hasta el momento. Morales tiene un discurso incendiario. Las demandas que personifica son reaccionarias y es aliado de todos los dirigentes del hemisferio que promueven un modelo estatista y contrario a la globalización.

 

Morales en el poder es un riesgo para la democracia en su país y un fiel aliados del castrochavismo.

 

Pedro Corzo

Julio 2005