martes, 18 de agosto de 2009

CASTRO 1959 : 36 AÑOS DE SUBVERSION


 

En Caracas, en la euforia de dos Revoluciones, en la alegría y confianza de dos pueblos que tomarían rumbos diferentes, uno por vocación, otro por compulsión, Fidel Castro planteó en la Universidad, el 31 de Enero de 1959, la necesidad de crear un organismo multinacional de proyección caribeña, su mesianismo aún no se había hiperdesarrollado, que patrocinaría la Revolución en el área, destacando que el primer objetivo sería la República Dominicana sumida en aquellos épicos años en la tiranía trujillista.

 

Este discurso, y acciones posteriores convirtieron a Castro en el revolucionario sin fronteras, en la esperanza, hoy frustrada, de todas las vertientes ideológicas y políticas de la época, sin que aquellos hombres cargados de esperanzas se percatasen que se transformarían, aún en contra de sus convicciones, en instrumento del castrismo y  posteriormente en la vanguardia de una nueva práctica que hoy denominamos castrosovietismo.

 

Castro haría de Cuba desde 1959 el centro de la subversión continental, pero por supuesto, el luchador de criterio, el hombre libre, aquél que no fuera castrista y no se sovietizase a tiempo sería apartado, discriminado y hasta llegaría a conocer las cárceles cubanas  como le sucedió a Chester Lacayo Farfán, un destacado dirigente en la lucha contra la dinastía de los Somoza. Sólo aquellos que aceptasen a Marx como Dios, a Lenin de profeta y a Castro como la espada podría disfrutar de las ventajas del Olimpo de la Violencia y la desestabilización.

 

Decir que la violencia es un ingrediente que Castro trajo a la política hemisférica no sería cierto, pero sí hay que admitir que sólo después de él la violencia se institucionalizó y se convirtió en la única solución a los problemas, desarrollándose una reacción en cadena circular de subversión-violencia-gobierno que al parecer sólo concluirá con el final del castrato, ya que a pesar de la crisis terminal del régimen el Máximo Líder no cesa de amenazar a Latino-América y la muestra más evidente fue el recibimiento y apoyo al golpista Chávez en la reciente visita de éste a la capital cubana.

 

PANAMA.- El 18 de Abril de 1959 una expedición dirigida e integrada en gran parte por cubanos miembros del ejército rebelde desembarcó en Panamá. Aquél país no estaba sometido por una dictadura. Regía un gobierno democrático presidido por Ernesto de la Guardia, surgido de elecciones libres, pero Castro expresaba desde temprana época que no respetaba voluntades populares, que él poseía un esquema del poder que no se avenía con ninguno de los existentes en el área. Aquél intento fracasó. La Guardia Nacional Panameña dominó a los invasores.

Si se quiere, el ataque a Panamá era portador de un mensaje ajeno a nuestro continente, porque sin motivaciones políticas a cónsono con sus proclamados ideales de aquél momento estaba agrediendo a la base de uno de los intereses más vitales de occidente: El Canal de Panamá.

 

NICARAGUA.- El 28 de Mayo de 1959, un avión de las FAR, Fuerzas Aéreas Rebeldes de Cuba, trasladó una gran carga de armas a Centroamérica que sirvieron para iniciar la subversión en el área.

Los invasores, muchos de ellos cubanos, miembros del ejército rebelde, se enfrentaron en Matagalpa, Chontales y Blue Fields a las fuerzas del gobierno somosista. Tres meses duró la insurrección. En esta ocasión los invasores estaban mejor equipados y entrenados. El mensaje se repetía.

 

REPUBLICA DOMINICANA.- Esta fue la tercera ingerencia de Castro en menos de seis meses. Lo que era su primer objetivo, según el discurso de Caracas, pasó a ser un tercer escalón. El 14 de Junio de 1959 aviones militares del régimen cubano transportaron una fuerza expedicionaria a Constanza y Puerto Plata en República Dominicana. Los invasores estaban bajo el mando del Comandante Delio Gómez Ochoa, del ejército de Cuba.

La expedición, al igual que las precedentes fracasó; las fuerzas militares trujillistas exterminaron los expedicionarios. El sátrapa dominicano, que al parecer tenía habilidades castristas para manejar los medios de comunicación social, presentó al comandante Gómez Ochoa en la televisión nacional, habiendo confesado éste públicamente la total participación del gobierno cubano en la invasión.

 

Como elemento curioso vale destacar, que los organizadores directos de esta acción fueron los comandantes rebeldes Camilo Cienfuegos y Cristino Naranjo. El legendario Cienfuegos desaparecería tres meses más tarde en un vuelo nacional después de enfrentar la valiente protesta del también comandante Huber Matos por la ascensión de los comunistas a las más altas esferas de la Revolución. Al parecer, esta desaparición se produjo con el beneplácito de los altos mandos castristas y el comandante Naranjo, ayudante militar de Cienfuegos, moriría asesinado pocas semanas después en un confuso incidente en la entrada de un cuartel militar por un oficial de Castro, quedando ambas muertes en una profunda interrogante.

 

REPUBLICA DE HAITI.- El 14 de Agosto de su primer año de gobierno, Castro intervino por cuarta vez en los asuntos internos de un país latinoamericano. Cubanos castristas desembarcaron en el Puerto Les Brois. El jefe, el comandante cubano Henry Fuentes, conocido como el "Argelino". El ejército haitiano controló la situación,  el muerto de más rango fue el capitán del ejército rebelde de Cuba, Ringal Guerrero.

 

Estos fracasos le demostraron a Castro y Guevara, su colaborador más directo en las guerrillas, que tenía que cesar el empirismo, que era preciso una preparación previa, un plan de largo alcance,  una estrategia definida, los que les fue involucrando en el contexto de la política del Kremlin para América, en el supuesto que no lo estuvieran aún antes del triunfo revolucionario del primero de Enero.

 

Se establecieron centros de entrenamiento subversivo. Instruyeron especialistas en sabotaje y terrorismo; clasificaron las armas estadounidenses para uso de las eventuales fuerzas insurgentes, se organizaron sistemas de transporte aéreos y marítimos para hombres y equipos; crearon un eficiente sistema de comunicación y se montó un amplísimo equipo desinformador, en fin, Castro, el monstruoso incesto del caudillismo americano con el absolutismo oriental fundaba un ejército secreto para la catequización marxista-leninista de todo el continente americano y para manifestar y concretar el espíritu imperialista de su revolución.

 

Pedro Corzo

Julio 1995.