domingo, 23 de agosto de 2009

CENTROAMERICA: UN CINTURON DE FUEGO



Honduras se ha convertido de la noche a la mañana en el país que puede impedir o dar libre paso al nuevo tipo de despotismo inaugurado por Hugo Chávez, e imitado por otros gobernantes populistas.

Los analistas miraban hacia Bolivia, Ecuador y hasta Argentina, como posibles escenarios de una confrontación anunciada. Parecía que esos países iban a ser el teatro de un conflicto inevitable entre el despotismo electoral y los genuinos demócratas latinoamericanos que defienden la alternabilidad democrática y están conscientes de los derechos de las minorías.

Pero fue en América Central, uno de los puntos más sensibles del cinturón de fuego de la política latinoamericana donde se produjo la arremetida. Cierto que en todo el continente se cuecen conflictos e inestabilidad socio política, pero la Patria Grande de Francisco Morazán es sin dudas una de las zonas donde las placas tectónicas de la política hemisférica, se desplazan con mas energía.

Dictaduras como las de los guatemaltecos, Justo Rufino Barrios,1884, con el apoyo de Honduras, emprendió una campaña militar para restablecer por la fuerza la unión centroamericana y declaró que asumía el mando militar de la región. Sus coterráneos, Jorge Ubico y Carlos Castillo Armas, y los gobiernos de los generales que por décadas controlaron la política de ese país, decidieron a su antojo lo que era bueno o malo para sus pueblos sin escatimar en abusos y asesinatos.

En el Salvador, Maximiliano Hernández Martínez, entre otros déspotas, fue sin dudas el más destacado ya que se le acusa de haber asesinado a miles de sus conciudadanos. Este país también conoció una cruenta guerra civil al igual que Guatemala, y tanto los presidentes generales como los subversivos, practicaron la saña y la crueldad con sus enemigos.

Nicaragua tuvo uno de esos  dictadores benefactores como algunos tienden a calificar a ciertos déspotas, que tuvieron la "generosidad" de construir una carretera o un edificio monumental. José Santos Zelaya López, fue un autócrata que dirigió los destinos de Nicaragua por 17 años y la dinastía Somoza -Fidel Castro y Raúl Castro no tienen la primicia en este aspecto en el continente- integran la lista de los mandamases de ese país.

Anastasio Somoza García, presidente de Nicaragua entre 1937 y 1947, y entre 1950 y 1956, inició una casta, le siguió su hijo Luís Somoza Debayle, 1956 y 1963, y mas tarde, su otro hijo, Anastasio Somoza Debayle, 1967 y 1972 y entre 1974 y 1979. Entre gobierno y gobierno hacían elegir un presidente que les fuera incondicional, algo así como lo que había establecido el también dictador Rafael Leonidas Trujillo en Santo Domingo.

En 1979, triunfó la Revolución Sandinista. Pocos meses después la guerra civil continua, en esta ocasión para derribar a los comandantes. En 1984 hay elecciones que ganan los antiguos guerrilleros y solo regresan al poder en  el 2007, gracias a los pésimos gobiernos de los supuestos demócratas que dirigieron los destinos del país.

Nicaragua fue también escenario de una violenta guerra civil pero con la abierta participación de factores extranjeros. La Unión Soviética y Cuba patrocinaron a los Ortega y Washington no fue remiso en darle su respaldo a la denominada contra.

En Honduras el general Tiburcio Carias Andino, llego por elecciones pero impuso una dictadura, 1933-1949, y su homologo el coronel presidente Oswaldo López Arellano,1965-1974, otro dictador que no entendían de respeto y menos de tolerancia, dio paso a un periodo de inestabilidad política en la que un opresor sucedía a otro.

La hoy muy conocida constitución hondureña de 1982, es consecuencia  de la inestabilidad y el abuso de poder de los gobiernos que le antecedieron. El primer presidente que gobernó con esta carta magna fue el controversial Roberto Suázo Córdova, un estrecho aliado de Estados Unidos, a quien algunos acusan de practicar la represión contra personalidades de la oposición.
Eran sin dudas, tiempos duros. La expansión sandinista y la intromisión soviético cubana estaban en un momento critico. Honduras prestó apoyo a las organizaciones que enfrentaron la dictadura sandinista en Nicaraguas y Estados Unidos incremento su presencia militar en el país.
Los recientes sucesos que han tenido lugar en Honduras, trascienden seriamente las fronteras de ese país. No solo porque un golpe de estado, no solo militar, porque contó con el apoyo de dos de los tres poderes del Estados, depuso al presidente constitucional, Manuel Zelaya, que evidentemente estaba buscando una crisis por propia convicción o por encargo.
La legitimidad o no del golpe militar, o si este se pudo evitar, es un punto de discusión importantes pero lo que si es evidentes es que Honduras parece haber sido el escenario elegido por la Concertación Totalitaria para apreciar en que medida el Socialismos del Siglo XXI se imponía en un estado donde no se había producido un estacazo institucional como el de Hugo Chávez en Venezuela. Ellos estaban conscientes de los riesgos, aunque tal vez no esperaban una reacción tan tajante.
La situación presente, mas allá del intervencionismo de Hugo Chávez y sus asociados, nos permite a todos valorar como reaccionan los gobiernos, y la capacidad de la Concertación para desinformar y si a pesar de fracasos, es capaz de reinventarse hasta lograr sus objetivos.
La saga sigue.
 
Pedro Corzo.
Julio 2009