domingo, 16 de agosto de 2009

A los que se fueron

A LOS QUE SE FUERON

A LOS QUE HAN PERDIDO LA MEMORIA DE NUESTRAS PLAYAS Y CAMPOS,

A LA JUVENTUD QUE SE ESCAPO ENTRE REJAS.

A LOS HIJOS QUE CRECIERON SOLOS.

A LOS QUE NUNCA TUVIERON HIJOS POR ENTREGARSE A CUBA.

A LOS PADRES QUE NO VOLVIMOS A VER.

A NOSOTROS TODOS.

 

Es posible que alguien se pregunte ?Por que estos hombres y mujeres recuerdan sus prisiones? y estamos seguros que podemos dar varias respuestas.

 

Primero, es necesario que nosotros le rindamos culto a los  HEROES  Y MARTIRES de esta gesta sin que eso implique desconocer a los que cumplieron con su deber en otros periodos oscuros de nuestra historia; consideramos importante que las generaciones emergentes sepan que en estos  40 anos han existido cientos de miles de hombres y mujeres que ofrendaron vida, libertad y juventud a CUBA y que también hay efemérides que recordar y honrar porque nuestra lucha no esta exenta de sacrificios y es deber nuestro como PRESOS POLITICOS CUBANOS legitimar para la posteridad  a nuestros HÉROES, MÁRTIRES Y LOS TIEMPOS EN QUE MUCHOS TODO LO DIERON POR LA PATRIA y también porque estamos orgullosos de haber integrado el  Presidio Político Cubano que por su intensidad y extensión es una de las gestas más emocionantes  y de mayor dedicación de nuestra historia pues Presidio, para muchos de nosotros fue la maduración biológica, la maduración intelectual y también la racionalización de las convicciones patrióticas. Por eso, repito, para muchos de nosotros PRESIDIO no es solo la experiencia política más trascendente de nuestras vidas sino también una formidable experiencia existencial; que a veces  nos lleva a la añoranza de las rejas y los soles; las sombras y los palos, porque sin lugar a dudas, la PRISION nos hizo crecer en nuestra dimensión de buscadores de sueños y constructores de realidades.

 

Sin embargo, estamos conscientes, que el hecho de haber estado preso por una causa Justa no nos otorga derechos, solo deberes, junto a la genuina e intransferible satisfacción de haber sido un preso político cubano.

 

La nación cubana, lamentablemente convulsa en todo su devenir histórico, ha sufrido la dramática experiencia de un régimen absolutista y totalitario, y como consecuencia, la acción de una represión feroz y criminal sin paralelo en la historia americana. Esa represión creó el paredón de fusilamiento, los YO LOS HE VISTO PARTIR CAMINO DEL PAREDON DEL HERMANO VILLANUEVA, y también las prisiones más cruentas, numerosas y extensas en toda la historia del continente, y nosotros, con encantos y desencantos, aciertos y errores, frustraciones y éxitos, orgullosamente llevamos las huellas de esa experiencia. La prisión nos marcó, no sólo con el número que nos cargaron sino también con  vivencia inolvidables.

 

El Presidio Político es expresión genuina de nuestra nación; por que  fue y es plural en pensamiento político, amplio en convicciones religiosas, mosaico de razas y crisol de todo nuestro espectro social. La edad no fue frontera para dormir en una celda o para ser encerrado en un calabozo. El sexo no eximía de maltratos y vejaciones, todo lo contrario, la mujer cubana que fue a prisión sufrió todas las crueldades que el régimen era capaz de concebir.

 

Una de las circunstancias más crítica de la prisión fue la diversidad de nuestros orígenes políticos y los compromisos históricos que habíamos contraído. Esa fue la primera prueba que aún por la extensión del Presidio se continúa repitiendo. Una prueba dura y cruenta. La confrontación existió y en muchas ocasiones fue violenta. Pero en un tiempo relativamente breve los conflictos fueron básicamente superados y de los choques iniciales pasamos al mutuo respeto y a la convivencia democrática. El proceso no fue fácil, pero venció la tolerancia, la vocación de entendimiento y el amor a Cuba.

 

Indiscutiblemente en la dinámica de la acción carcelaria cometimos errores. En ocasiones erramos en tácticas y los objetivos eran confundidos al extremo de que no pocos llegaron a concebir el Presidio como un fin y no un grave accidente en nuestro quehacer político, pero esos errores nos hicieron más conscientes de los compromisos contraídos al extremo de que podemos afirmar que la Prisión Política Cubana no fue ni es una gestión pasiva, una espera de un sueño que anhelamos concretar sino una dinámica trinchera de ideas y hechos que formó y forma parte sustancial del proceso democratizador de la nación cubana.

El Presidio fue épico y lírico. Poesía y Epopeya, y aún hoy, a pesar de casi cuatro décadas de horrores y terrores sigue nutriendo pródigamente la historia de Cuba porque nuestros hombres y mujeres continúan rechazando la dictadura y eso les lleva a prisión, a la Casa Grande y sin piedad de que hablara José Martí.

 

Desde nuestro Punto de Vista una de las pruebas más críticas de Presidio fue la terrible soledad en la que tuvieron que crecer en años y conciencia las mujeres y hombres que lo integraban. Hoy nuestros presos tienen una pequeña ventaja, el mundo sabe que están allí, en la sombra de las rejas y aunque no es suficiente, la solidaridad se hace sentir. Ayer no sólo Nadie nos escuchaba sino que tampoco querían aceptar que existíamos. Éramos NO PERSONAS para una parte de nuestro Pueblo porque la criminal censura de la dictadura no posibilitaba el conocimiento de la realidad política que sufríamos.

 

En Presidio la muerte estaba al acecho. Era nuestra eterna, fiel y asexual compañera, lo mismo en el trabajo forzado, en la celda solitaria que en el pabellón o la galera. La muerte o la invalidez atacaban sin piedad ni aviso. La bayoneta, el disparo alevoso y la enfermedad no tratada dejaron a muchos al pie de la montaña. El suicidio fue para algunos la razón en aquella locura interminable. La demencia apagó inteligencia y sesgó espíritu como fiera guadaña. La batalla fue dura y aún la continuamos.

 

Los golpes llegaron a doblegar cuerpos pero no espíritus. Recordemos los pasos de jicotea. Las crueles tapiadas. Los húmedos fosos de la Cabaña y San Severino. El Plan de Trabajo Forzado Camilo Cienfuegos. Aquel trabajo esclavo, la brutalidad de los esbirros y hasta aquellos  camiones sin barandas en los que nos hacinaban con extrema crueldad. Recordemos que nosotros éramos menos que bestias para la dictadura en aquel inolvidable por cruel y heroico Plan de Trabajo Camilo Cienfuegos que impusieron en nuestra entrañable Isla de Pinos.

 

 En nuestras mentes están impresos a sangre ardiente Campeón y Brazo de Oro junto a Pomponio o el Nato. Pensar en ellos y en otros reedita Requisas y Recuentos, horrores y terrores, dinamita en los túneles, hambre desesperada, desnudez contestaría y las huelgas de hambre, voluntarias y valerosas, que se llevaron a más de un compañero nuestro. Aquellas vivencias están en nosotros, dentro de nosotros.

 

Y, cómo no hablar de los compañeros que partían a la muerte y a los pocos minutos oíamos la ciega descarga de fusilería, el tiro solitario, todo ello precedido en muchas ocasiones por un "Viva Cuba Libre". De Isla de Pinos nos secuestraron a 23 compañeros, y de ellos, 21 fueron fusilados. Llevaban más de dos años presos cuando la férrea dictadura los asesinó. Y las fugas, ¿quién las olvida? La preparación, la tensión de la acción y la desesperación por cubrir a completo en el recuento para que los esbirros no se percatasen de quienes faltaban y así dar más tiempo a los compañeros evadidos.

 

Y de la ternura perdida, porqué no hablar de ello. De la juventud que se nos iba. Las arrugas y las canas que venían a galope contra nosotros. De las playas y fiestas que no conocimos. De la novia, el novio, la esposa y marido que en el largo andar tomaron otro rumbo. Cuántos besos escapados, cuántas pasiones mordimos con las piernas y los dientes. Porqué no hablar de nuestra humanidad perdida y de los deseos marchitos. Todo eso está, junto a nuestros muertos, nuestros locos, nuestros lisiados, en el inmenso tributo que la prisión política rindió a Cuba.

 

La Prisión Política tiene una jerarquía propia en la Historia de Cuba, es una gesta heroica de casi cuarenta anos. Con decenas de combatientes que pasaron más de 20 años enrejados y con un siempre presente compañero que estuvo en la manigua carcelaria del régimen por 30 años, Mario Chanes de Armas, 30 años, en la manigua asfixiante de las rejas, un mambí digno de ser comparado en tesón, valentía y dedicación patriótica con los gigantes de nuestras Guerras por la Independencia de 1868 a 1898;hombres  de una sola pieza como Alfredo Izaguirre y mártires de la magnitud de Ernesto Díaz Madruga, Diosdado Aquit Manrique y muchos mas.

 

 La jerarquía ética de la prisión política cubana es indiscutible. Por años fue la principal trinchera, ya que no podemos decir que era el único reducto de la resistencia contra la dictadura porque la Prisión cubana siempre estaba siendo nutrida por nuevos combatientes que la revitalizaban sin cesar.

 

A nivel internacional la Prisión Política Cubana tiene una dimensión muy propia que se ha acrecentado con las transformaciones geopolíticas recientes de las que una de sus consecuencias ha sido mostrar al mundo la verdadera naturaleza de los regímenes de corte soviético.

 

Nuestras vivencias, aunque con décadas de ignorancia han irrumpido a la conciencia mundial y los atropellos y vejámenes que sufren los que aún guardan prisión son rápidamente expuestos al conocimiento público. Las cárceles son para el mundo un foco más de la resistencia cubana y no un mero almacén de hombres y mujeres derrotados. Ellos continúan luchando. Siguen siendo ejemplo, vanguardia del proceso democratizador.

 

Presidio fue y es consecuencia de la clandestinidad, la propaganda, la denuncia, la montaña, las infiltraciones y de otros muchos ejercicios políticos de nuestra lucha, pero por su combatividad puede decirse que adquirió personalidad propia y mantiene  vigencia activa en momentos trascendente de nuestra historia. Estamos convencidos que se cumplirá con el deber, con el mañana que soñamos y deseamos construir en la diversidad de nuestras ideas y en la complejidad de nuestros anhelos.

 

Pero si hemos hablado de Presidio tenemos que hablar de presos, presas, expresos y expresas. Tenemos que hablar de nosotros y contemplarnos en nuestras respectivas grandezas y miserias. Hurgar dentro de nosotros el por que de nuestros actos pasados y el motivo de los presentes. Preguntarnos sobre lo que hicimos y lo que estamos haciendo. Concienciar que el Pasado nos obliga a un Presente actuante y a un futuro de compromiso. Que el haber estado en Prisión no nos exime de deberes con la Patria sino que los acrecienta.

 

Algunos de nosotros vivimos de glorias pasadas como si la Patria fuera Pedestal y no Ara. Nos quejamos de la poca relevancia que tiene el Presidio y consecuentemente los Presos en la realización política del destierro y debemos convencernos que ese glorioso accidente es aval para hacer más y no para recostarnos a la vera del camino.

 

Cansados, es posible que lo estemos todos. Frustrados, decepcionados tal vez lo estén muchos de nosotros, pero todo eso tenemos que vencerlo como lo hicimos individual y colectivamente con el miedo y la desesperanza cuando estábamos en prisión, porque, cuando agobiados estemos y se nos pierda el camino, simplemente debemos buscar el más difícil y escabroso, porque casi seguro que ese es el verdadero; porque cuando el desencanto cunda en nuestras pieles y huesos ya viejos de sueños y desesperanzas nos resta el supremo deber de pensar en los que cayeron en la lucha, en los que murieron en prisión, en los que a las rejas le consumieron la razón, en fin, en todos aquellos y en los muchos de nosotros que nunca subiremos la montaña.

 

 

 

Octubre 2004

Pedro Corzo