lunes, 28 de septiembre de 2009

¿Es Chávez demócrata?


 

 

El reconocimiento por parte del presidente Hugo Chávez del triunfo del No ha sido un factor determinante para que varios medios internacionales de prensa,  analistas,  políticos del régimen y aliados del mandatario bolivariano,  afirmen que es un demócrata  que respeta la voluntad popular, opinión difícil de aceptar  porque la conducta de vida del golpista del 4 de febrero de 1992, no evidencia respeto y menos tolerancia a las ideas contrarias.

 

Si Chávez es un demócrata no lo ha demostrado durante su mandato. El que  rechaza los proyectos que auspicia es objeto de despiadados ataques. Descalificado en todos los aspectos y señalado como sirviente de intereses extranjeros. Su última propuesta de reforma constitucional la vinculó a su persona y afirmó que quienes no la respaldaran eran traidores, en fin, el típico gobernante que posee la verdad y la respuesta a todos los problemas.

 

Participar en el referendo no era fácil. Muchas denuncias de fraude, mas  la conducta irregular del Consejo Nacional Electoral, han motivado dudas y falta de confianza en  las cifras que hace pública en cada evento comicial el ente electoral. También muchos tienen la convicción de que el gobernante celebra elecciones para legitimarse en poder, pero que solo respeta el sufragio cuando le es favorable.

 

Un amplio sector de la  oposición venezolana siempre ha tenido la percepción de que el gobierno tiene lista una  maquinaria dispuesta a dar los resultados necesarios. Por eso ir a votar era un dilema para aquellos que estaban convencidos que las autoridades estaban dispuestas a escamotear los resultados. Temían que le robasen el voto y que su participación fuera una forma de legitimar el régimen, percepción  que llevó a muchos demócratas venezolanos a no participar en las elecciones legislativas del año 2005.

 

La abstención de los votantes en los últimos comicios ha sido muy elevada, porque mas allá de la apatía presente en los procesos electorales de cualquier país,  la conciencia de que votar no hace la diferencia ha perneado a una gran parte de la ciudadanía. La mayoría, votantes o no, venezolanos o no, estaban convencidos que el pueblo no estaba de acuerdo con la reforma constitucional, que numerosos partidarios del gobierno la rechazaban, pero tenían dudas que el poder electoral  reconocería la voluntad de los electores, si ésta era contraria a la propuesta.

 

Esta situación fue un factor determinante para que una fuerte corriente de opinión favoreciera no participar en los comicios, muchos partidos políticos y agentes de la sociedad civil orientaron a la abstención, sin embargo, varios factores que se sumaron al debate tuvieron una influencia clave: Los estudiantes, el general Israel  García Baduel  y la corriente, representada por el partido Podemos, que dentro del chavismo y por diferentes motivos, rechazaba la reforma

 

El liderazgo estudiantil aportó un nuevo rostro a las vertientes políticas que se oponen al gobierno. Hizo notar que la propuesta  afectaba la vida nacional en todos sus aspectos, que el debate no era político sino "total" porque la vida de todos iba a cambiar y  determinada por la voluntad de una cúpula en el poder.

 

Ese discurso alarmó, motivó a muchos, logró acabar con la apatía del ciudadano promedio e impulsó a las organizaciones políticas y civiles partidarias de la abstención concurrir a los comicios, porque se percataron que la militancia iba a participar  a pesar de su negativa a ejercer el derecho al voto. Se evidencia que los que estaban a favor de participar tenían la razón, porque de no existir suficientes "NO"  la propuesta oficial habría salido triunfadora, sin embargo es evidente  que otros factores ajenos al voto presionaron  a Chávez a aceptar el resultado.

 

Antes de abordar el aspecto  que mi amigo y distinguido analista Jorge Hernández Fonseca, denominó en un reciente artículo factor "Baduel", hay que reconocer una vez más la importancia de la disidencia chavista.

 

La dirigencia de Podemos, un pequeño partido con reducida participación en la Asamblea Nacional, pero con gobernadores estaduales, fue muy firme. Enfrentó vejaciones e intimidaciones  y puso de manifiesto que una corriente subterránea de partidarios del gobierno no está identificada con el rumbo que el presidente pretende imponer. Esto evidentemente influyó entre otros partidarios de la administración que aunque no se oponen si tienen opiniones divergentes. Por supuesto que esto llegó al punto de ebullición  cuando el  ex ministro de Defensa, Raúl Isaías Baduel, manifestó que la reforma era una especie de golpe de estado.

 

El general  Baduel es un personaje notable. Formó parte del complot del Samán de Guere en 1982 y en consecuencia fue uno de los cuatro militares que integró el Movimiento Revolucionario Bolivariano 200, y aunque no participó en la intentona golpista de 1992, fue quien comandó la Brigada de Paracaidistas del Ejército que rescató a Hugo Chávez de manos de sus captores. Acción que le permitió al depuesto gobernante retomar el poder

 

Baduel fue  comandante de la División de Paracaidistas y de la IV División de Infantería y ministro de la Defensa, también secretario del presidente Chávez y  escribió el prólogo del libro "Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI", en el que habla del modelo socialista como vía para la estabilidad del país.

 

Por todo lo anterior es un personaje complejo, capaz de suscitar mucha perspicacia, pero que evidentemente tiene una gran influencia en la sociedad venezolana y en particular en el estamento militar, consideración que confirma la conferencia de prensa de alto mando de la Fuerza Armada en el palacio de Miraflores el pasado 5 de diciembre donde el ex ministro fue descalificado y atacado crudamente por su antiguo compañero de armas el general Gustavo Rangel Briceño, quien le llamó desleal y puso en duda cierto valores que el general dice defender. Muchos elementos indican que Baduel fue clave en impedir el fraude por la ascendencia que aparentemente tiene en los cuerpos armados venezolanos.

 

Sin dudas el  factor Baduel, junto al movimiento estudiantil, la constante labor educativa de la prensa venezolana y los chavistas reciclados, fueron elementos fundamentales para quebrar el abstencionismo, que en opinión de algunos analistas ha favorecido el éxito de numerosas  propuestas gubernamentales lo que abre espacios para suponer que si en comicios anteriores la participación popular contraria al gobierno hubiese sido mayor, las propuestas oficiales habrían perdido y el Consejo Nacional Electoral como ente independiente y el Presidente como demócrata genuino, habrían  aceptado la derrota.

 

No lo creo. Hugo Chávez admitió la derrota porque todo parece indicar que había consenso popular para actuar enérgicamente contra el fraude, que por lo menos un sector del pueblo con el apoyo de algunos estamentos no civiles estaba preparado para luchar por la victoria con protestas y manifestaciones que podrían repetir, tal vez en una escala mucho mayor, los acontecimientos del 11 de abril del 2002. También hay numerosas informaciones que el estamento militar le informó al Presidente que por lo menos una parte  de la Fuerza Armada no iba a reprimir a la población. Chávez admitió perder para ganar tiempo, no por respeto al voto de sus conciudadanos.

 

Organizaciones como Súmate siguen cuestionando el Registro Electoral Permanente, las denominadas maquinas capta huellas y el abuso de los entes estatales de ciertas prerrogativas para conseguir el apoyo del votante, es tanta la preocupación de Súmate que a pesar del triunfo de la oposición no califica los comicios como "limpios".

 

Fueron nueve horas las que el Consejo Nacional Electoral guardó un innecesario silencio y todo parece indicar que solo hizo público el comunicado cuando el Presidente lo decidió y después que Baduel envió un mensaje  al Consejo planteándole que por el bien del país no se prestaran a "situaciones indeseadas".

 

Por su parte el propio presidente Hugo Chávez ayuda a despejar la incógnita, al decir que aceptó divulgar los resultados para evitar un conflicto social y el ministro Rangel Briceño en la conferencia de prensa expresó que el presidente reconoció la derrota para evitar un "baño de sangre". Los que respetan elecciones no se manifiestan de esta manera, lo que muestra que en los próximos comicios los electores venezolanos tienen que estar preparados para que su voto sea respetado, porque cuando se dialoga con un déspota, sea en las urnas o en una mesa de negociaciones, hay que tener elementos que le adviertan que los abusos no quedan impune.

 

Para concluir un planteamiento del presidente Hugo Chávez muestra claramente que no fue el voto mayoritario en su contra,  ni la alta participación popular los que le condujeron a aceptar la derrota  y que mientras mande los comicios en Venezuela son una  farsa.

 

Chávez anunció que emitirá un decreto para aplicar un aspecto de su propuesta que tiene que ver con la creación de una reserva con un mando unificado dependiente de su autoridad y no de los militares. Dijo  tres días después del referendo, "Vamos a modificar la Ley de la FAN, Fuerza Armada Nacional, y crear las milicias bolivarianas".El presidente bolivariano ha advertido que está preparando sus Camisas Pardas para poder enfrentar, en caso de que sea necesario,  cualquier fuerza  que se oponga a su voluntad, y esto puede funcionar para los próximos comicios.

 

Diciembre 2007

 



Pedro Corzo