lunes, 28 de septiembre de 2009

LA DESESTABILIZACION EN AMERICA LATINA

 

 

La acción terrorista del MRTA, Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, grupo de inspiración guevarista-castrista, junto a la endémica violencia en Colombia, demuestra fehacientemente que la violencia es uno de los elementos claves en la crisis política que cíclicamente azotan a nuestros países iberoamericanos.

 

Pero tampoco es prudente considerar que el único elemento desestabilizador en el desarrollo socioeconómico y político de Nuestra América son los guerrilleros, narcoguerrilleros y terroristas.

 

Ese sería un error porque América es también desestabilizada por una pléyade de políticos corruptos y venales que no sólo devastan las economías públicas sino también la moral ciudadana como plaga de langosta en rico sembradío.

La pobreza en que está sumida un número considerable de nuestros conciudadanos es tan indignante que se engulle el decoro del individuo y su respeto al prójimo y en esto también tienen una seria responsabilidad inversionistas nacionales y extranjeros que en no pocas ocasiones son sofisticados asaltadores de camino, trasmutados a desfalcadores de las riquezas que más próximas les queden.

 

Por eso tal vez el peor enemigo del progreso integral de Ibero América junto a la narcoguerrilla y el terrorismo parte del ejemplo que promueven muchos políticos y líderes de nuestras economías nacionales.

 

En verdad hay ejemplos que asesinan las esperanzas de los pueblos y los llevan desde una apatía absoluta a una militancia terrorista y cruel que en no pocas ocasiones malamente encubren conductas criminales que sólo procuraban un pretexto para expresarse.

 

Los ejemplos negativos de los llamados líderes democráticos de América, ya sea en política o economía, son tan numerosos que harían interminable esta relación, pero no obstante, daremos de esos lobos unos pelos: Fujimori, presidente electo, pero con antecedente golpista, procura un tercer mandato en el Perú al igual que Saul Menen en Argentina y Cardoso en Brasil. Ellos al igual que Caldera y Pérez en Venezuela se consideran iluminados y genuinos y providenciales salvadores de sus naciones.

 

El presidente Samper en Colombia navega en un proceloso mar de acusaciones de corrupción electoral a través del narcotráfico; en ese mismo país muchos diputados y senadores aparentan estar vinculados al narcoterror. El ex presidente de Méjico, Salinas de Gortari, aparte de la fortuna tradicional que heredan los ex-mandatarios de ese país, está siendo vinculado indirectamente a varios crímenes, entre ellos, el del candidato presidencial Colosio, asesinado en plena campaña electoral azteca.

 

Los malos ejemplos no cesan, y como si fuera poco vemos cómo los bancos defraudan  a los ahorristas y pequeños inversionistas; y que las aduanas y el fisco sólo funcionan para el pequeño contribuyente y no para los que hacen negocios millonarios.

 

De los jueces habría mucho que escribir. La politización, venalidad y corrupción de numerosos magistrados es proverbial por lo que si un cuerpo de la sociedad hemisférica requiere una pronta y radical cirugía son los aparatos judiciales que nos gastamos.

 

Las democracias de América, (sólo queda una dictadura en el hemisferio, Cuba) no parecen estar bajo la amenaza de botas o bastones militares pero para que se consoliden deben abrirse a toda la ciudadanía, debe convertirse en un hacer y pensar de todos nosotros que tenga como divisa que el bien y la fortuna ajena es tan importante como la nuestra.

 

Pedro Corzo