viernes, 25 de septiembre de 2009

La Unión Europea y Cuba


La Comunidad Económica Europea estableció relaciones con Cuba en septiembre de 1988, y siempre orientó su estrategia hacia una transición pacífica a la democracia y las libertades económicas en la isla.

El dos de diciembre de 1996, la Unión Europea, que sustituyó a la Comunidad, 1993, asumió una posición común sobre Cuba por medios de la Resolución 96-697-CFSP; medida que sigue siendo la clave de las relaciones entre el organismo y la isla.

Según la Posición Común es más probable que una transición hacia la democracia ocurra en Cuba de forma no violenta, si el régimen la permite o la inicia. Por otra parte su tesis apunta a que la transición interna debe sostenerse en la integración de Cuba a la comunidad internacional.

El proyecto de la Unión, actualmente integrada por 27 países, varios de ellos ex miembros del desaparecido Bloque Soviético, promueve un proceso de transición a una democracia pluralista, el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales, al igual que una recuperación y mejoramiento sostenible de los estándares de vida de los cubanos.

La política de la Unión hacia un país determinado,  se establece en base a la que promuevan los gobiernos de los estados que han tenido vínculos históricos y culturales sólidos con las naciones que puedan ser objeto de un trato especial. De ahí, que un cambio de gobierno en España es determinante en la actitud que la Unión Europea, siempre en el marco de la Posición Común, vaya a desarrollar hacia Cuba

La Unión Europea, aunque se disienta de sus disposiciones y se califiquen de bien distantes de la realidad insular, nunca ha sido partidaria del régimen cubano. Invariablemente ha favorecido un cambio político en la isla y siempre ha cuestionado los métodos del régimen de los hermanos Castro, aunque es indiscutible que su actitud ha sido continuadamente laxa y poco exigente con la dictadura. 

La posición común de la UE tuvo mucho que ver con el derribo de dos aviones civiles de Hermanos al Rescate por parte de las fuerzas militares cubanas en febrero de 1996. En aquel momento se suspendió el diálogo sobre un acuerdo de cooperación y lo vinculó a los progresos que pudiera haber en materia política.

Posteriormente como consecuencia de la ola represiva de marzo del 2003, conocida como la Primavera Negra de Cuba, la U.E. interrumpió el proceso del acceso de Cuba al Acuerdo de Cotonou, a continuación a raíz de una iniciativa española, decidió limitar las visitas gubernamentales de alto nivel; reducir el perfil de las participaciones de los estados miembros en eventos culturales; invitar disidentes cubanos a las celebraciones de los días nacionales y proceder a la reevaluación de la Posición Común, que era revisada cada seis meses pero que a partir del 2005 se decidió hacerlo una vez año.

El gobierno de Cuba reaccionó retirando su solicitud para ingresar al Acuerdo de Cotonou, canceló el diálogo político planeado para el diciembre 2003, rehusó recibir ayuda directa de la UE e inició una fuerte campaña de descrédito contra algunos de los estados miembros y personalidades de la organización. En el 2004 otro grupo de activista, 16, fueron arrestados y el régimen impuso nuevas restricciones a la ciudadanía, a las que la Unión Europea no reaccionó.

En el 2005 el Consejo de la Unión decidió suspender temporalmente las medidas dispuestas en junio del 2003, sin que en la isla se hubieran producido cambios hacia la democracia, solo la excarcelación de un numero reducido de prisioneros políticos.La decisión del 2005, se hizo firme en el 2008 y se mantiene a pesar de que en Cuba no se han producido cambios a favor de la democracia.

Hay que destacar que el Ejecutivo de la Unión Europea apoya en el presente un tipo de relación con Cuba, diferente al que sostiene la mayoría de los Eurodiputados que integran el Parlamente Europeo, que siempre han tenido una posición más crítica hacia el régimen de los Castro.

En la opinión de Jakub Klepal[1], las misiones de la UE en Cuba deberían intensificar sus contactos con la sociedad civil independiente. Los diplomáticos deberían asistir a los eventos de la sociedad civil y consistentemente informar a sus capitales sobre esos eventos. Los fondos y otros instrumentos deberían ser fácilmente accesibles para la sociedad civil.

El 2 de febrero de 2006, el Parlamento Europeo adoptó su primera resolución sobre Cuba. El documento lamenta la indiferencia hacía sus demandas de observancia de los DD. HH. y las libertades fundamentales. También condena el empeoramiento de la represión en la Isla, el aumento del número de presos políticos y la prohibición del viaje a las Damas de Blanco, que habían sido galardonadas con el  Premio Andrei Sajarov.

Es muy improbable que la UE suma una posición firme de apoyo a la oposición cubana y medidas económicas y políticas que promuevan la desestabilización del gobierno de la isla. Una política de este tipo demandaría  un nuevo acuerdo, muy difícil de lograr, por lo que es de esperar una continuidad contemplativa por parte de la UE.

La falta de disposiciones firmes contra el régimen cubano y de una observación escrupulosa de lo que acontece en la isla, como si en Cuba rigiera una democracia, son factores que ayudan al gobierno de La Habana y afectan seriamente a la oposición democrática.

Según Alexis Gainza Solenzal[2], se aprecia que la Unión Europea, privilegia sus relaciones con el gobierno de Cuba en detrimento de los derechos de los ciudadanos de ese país. La Posición Común acopia un puñado de buenas intenciones, pero hasta donde conocemos, dichas metas nunca se han concretizado en medidas aplicables y controlables.[3]

En relación a Cuba la actitud de la Unión Europea, axial como la de los países latinoamericanos tienden a reafirmar el refrán que de buenas intenciones esta empedrado el Camino del infierno. Apostar que la dictadura hará concesiones sin estar sujeta a presiones externas e internas es un lamentable error; es seguir premiando al victimario encerrando a la victima.

 

Abril 2009

 

 

 

 

 



[1] Posición Común de la UE hacía Cuba.Alternativas y Recomendaciones. Jakub Klepal.

 

[2]La Posición Común de la Unión Europea para con Cuba, por Alexis Gainza Solenzal. "Es evidente que la actitud inmovilista le corresponde al Gobierno presidido por Fidel Castro Ruz, hecho plasmado en la totalidad de las conclusiones, con el repetido veredicto del Consejo de la UE: "no ha tenido lugar ningún cambio sustancial en la situación política y económica de Cuba"….. "Sin embargo, no existe evidencia (al menos, públicas) de que la UE tome en cuenta la opinión consensuada o pactada de los demócratas insulares en el diseño de su política para con Cuba".