Debo reconocer que en principios me admiró y llamó la atención el esfuerzo e ingenio desplegado por un grupo de personas que insistían en que era necesario democratizar la ciudad de Miami.
Como estoy entre los que creen que la democracia es perfectible y que cada día esta debe profundizarse más y aumentar la participación ciudadana, valore como muy buenas las intenciones de quienes promovían el ya referido proyecto.
Porque, sin dudas, es edificante que en un periodo de gran apatía social- la mayoría de la población se abstiene de votar en las elecciones- como en el que vivimos, surjan activistas con suficiente consciencia pública para dedicarle tiempo y dinero a un proyecto que tiende a beneficiar a la comunidad en un conjunto.
Pero en poco tiempo me di cuenta que estos activistas no estaban realmente interesados en la mayor democratización de la ciudad ya que en su verdadera agenda, Miami era un instrumento y no el propósito final.
Percibí que ellos solo dirigían sus críticas a lo que pudiéramos llamar el mundo cubano de Miami, haciendo énfasis en los funcionarios electos cubano-americano y muy particularmente se dirigían hacia los congresistas federales.
Destacaban, creo que en eso se quedaban cortos, la corrupción de los funcionarios públicos de igual nacionalidad sin hacer mención de otros burócratas corruptos de distinto origen y concluyan exigiendo un espacio en los medios de comunicación para exponer una tesis que nada tenían que ver con la vida política y social de la ciudad y el condado salvo en lo que se refería a las relaciones de los cubanos asentados en el condado Dade con el régimen de la isla y su opinión sobre el embargo, la ley Helms-Burton, ley Torricelli y los viajes a Cuba.
El chauvinismo de estos compatriotas que curiosamente no expresaban preocupación por lograr en su país de origen la accidentada democracia mímense me impacto: Concebir que los problemas que aquejan esta área y sus soluciones son un asunto cubano es sobrevalorar en extremo una comunidad; lo que me llevo a concluir que la falta de ponderación se encuentra en todo el espectro del pensamiento político cubano.
La critica de estos coterráneos a la "sórdida" democracia miamense y su falta de opiniones sobre la situación cubana bajo el régimen castrista- en muchas ocasiones justifican las medidas totalitarias de dicho gobierno- me llevaron reflexionar no en lo que decían sino en por que lo decían.
Y, es eso lo que pienso compartir con ustedes y más aun con los que integran la ya mencionada corriente de opinión:
Por que no están en su país? Si el sistema político que dirige aquella sociedad satisface sus expectativas no deberían estar allí aportando talento y trabajo para fortalecer y desarrollar la sociedad que en su criterio es la más justa; máxime cuando opinan que esta siendo injustamente agredida por enemigos con los cuales están conviviendo actualmente.
Por que abandonaron su país? Si fueron causas políticas están en la oposición; por lo tanto son exiliados, opositores. Pueden estar de acuerdo o no con ciertas estrategias de los aliados circunstanciales pero han de tener presente cual fue el régimen que los llevo a la expatriación y las criticas a los aliados no deben acercarle al enemigo.
Abandonaron su país por problemas económicos? No puede ser tan buena una sociedad que hace conocer la penuria al extremo de producir el desarraigo de la tierra, el alejamiento de la familia, los amigos y los recuerdos.
Por la reunificación de la familia? Si la familia es lo más importante el tiempo y el esfuerzo ha de ser para ella. En Cuba estaba amenazada, y para que sobreviviera se dejo el país sin luchar por cambiar la sociedad y el régimen.
Después de esas y otras consideraciones me pregunte:
Que les impulsa a proponer una mayor democratización de la vida cubana de Miami? Si es porque han asumido el área como residencia permanente el tema cubano no es lo más importante en la vida local ni en el debate político de esta ciudad.
Si la estancia en Miami es transitoria y la aspiración final es regresar al país de origen no cabe duda que el tema cubano en todos sus aspectos tiene una mayor importancia y es necesario participar en todo lo que concierne a Cuba y los cubanos.
Pero de ser axial debería preocuparles lo que acontece en Cuba. Acaso la sociedad cubana no requiere con mayor urgencia un proceso de democratización mas agudo y radical que la sociedad cubana establecida en Miami.
Me preguntaría. No hay en Cuba más corrupción que en Miami? Tienen los funcionarios electos en la isla posibilidades de confrontar el poder ejecutivo o de auspiciar una propuesta ajena a la idea oficial?
Se puede expresar un pensamiento no oficial en los medios de la isla aunque sea pagando en los mismos? Donde se encarcela la disidencia, la oposición política, en Cuba o en Miami? Donde se reprimen los periodistas en la isla o en Miami.? Donde el cubano tiene menos derechos en su relación con naturales de otros países en la isla o en esta ciudad? Sobre el arte y la cultura; pueden ir a la isla a actuar libremente artistas o creadores radicados en el exterior que hayan expresado públicamente su oposición al régimen castrista?
En fin, son muchos los cuestionamientos y las preguntas que se pueden hacer en este tenor y también son válidas las preocupaciones que tenga cualquiera por querer democratizar una sociedad y Miami no debe ser una excepción pero... es importante saber cual es el modelo democrático que se propugna y la intención verdadera de los promotores.
Pedro Corzo
