viernes, 25 de septiembre de 2009

La Peregrinación de los Apostatas


La complicidad que el mágico apellido Castro genera en América Latina es vergonzosa, pero en esta ocasión "el milagro" lo ha producido un viejo amigo del castrismo, Luís Inacio Lula da Silva, que tiene la bendición de tirios y troyanos porque como otros muchos lideres del hemisferio,  práctica y disfruta los bienes y libertades para los que no considera apto a los cubanos.

Raúl Castro visitó Venezuela donde fue recibido por su par venezolano Hugo Chávez, con pitos y flautas, lo que no sorprende,  porque el mandatario venezolano es de esos déspotas que añoran a Stalín, y se sentiría a sus anchas dirigiendo una sociedad en la que pudiera aplicar las recetas de Adolfo Hitler.

Hasta Caracas no hay sorpresas, pero lo que aterra fue el recibimiento que los demócratas del continente le hicieron al  Sucesor en Jefe, durante la Cumbre Latinoamericana sobre Integración y Desarrollo, que se celebró en Costa do Sauipe, en Brasil.

Esa primera conferencia hemisférica que reunió a 33 gobernantes de América Latina y el Caribe, y que no contó con la presencia de representantes de los gobiernos de Estados Unidos, Portugal y España; recibió a Raúl Castro como si hubiese sido un hombre elegido por su Pueblo y no el heredero designado por su hermano. Por otra parte en esta conferencia de Sauipe, a Cuba le fue permitido ingresar al Grupo de Rió, a pesar de que su gobierno no reúne las condiciones que exige el Grupo legatario del desaparecido Contadora.

Como consecuencia de la visita del Castro "reformista", la presidente argentina, Cristina Fernández de Kitchener, el mandatario ecuatoriano Rafael Correa, la jefa de estado de Chile, Michelle Bachelet y el presidente mexicano, Felipe Calderón, prometieron viajar a Cuba.

Los  tres primeros ya visitaron a la isla y dicen estar satisfecho de lo que allí vieron. Todos campantes y contentos, en particular la señora Bachelet, la figura principal de la una de las democracias más importante del continente, que según cuentan, cuando le avisaron que Castro la recibiría, partió con la alegría de una colegiala que iba a encontrarse con su admirado mentor.

La señora Bachelet, que  compartió fotos con el  Comandante de Todos, estaba orgullosa y satisfecha de haber visitado a  Castro, pero su alegría duró poco porque Castro, como se dice en Cuba, le cantó la Guantanamera sobre el diferendo chileno-boliviano.

Su amigo le disparó a la frente de frente, le dio un verdadero tiro de gracias que demuestra que Fidel Castro no ha cambiado y que en alguna medida siempre será la conciencia mas negra de la dictadura que implantó hace 50 años y que no le importa lo que haga su Sucesor a favor de ganar favores, si eso implica un cambio de sistema por modesto que este sea, pero ese es tema de otro comentario.  

La próxima visita del mandatario mexicano a Cuba es absurda. El Partido Acción Nacional es repudiado por el régimen de la isla. La visita de  Calderón solo se justifica por su deseo de complacer al PRD y de neutralizar cualquier proceso desestabilizador que le desvié de la grave crisis de gobernabilidad que enfrenta el país con la amenaza del narcotráfico.

El presidente de Guatemala Álvaro Colom también viajó a Cuba. Su propósito era condecorar a Fidel Castro con la Orden del Quetzal, el distintivo más importante que puede conceder esa nación a un extranjero, que en este caso, fue el principal promotor de la guerra civil que asoló por décadas ese país centroamericano.

En realidad para un verdadero demócrata estos  viajes,  con condecoraciones más o menos, deben ser difíciles de explicar, no por lo que acontece en Cuba, ya que se aprecia que les importa muy poco por la abierta complicidad de los actuales mandatarios, y también, para aproximarnos a la justicia, por la mayoría de los jerarcas que les antecedieron, incluyendo aquellos que hemos ubicado en el extremo político contrario del totalitarismo cubano.

El Castrismo sembró y abonó la subversión en todos estos países. La isla fue campo de entrenamiento de los más importantes líderes de la sedición que operaron en Argentina, Chile, Brasil, Ecuador, Bolivia y Guatemala. México no sufrió el mismo nivel de desestabilización impulsado por Cuba que padeció América, incluyendo Estados Unidos, porque la Dictadura Perfecta del Partido Revolucionario Institucional, había logrado una especie de acuerdo con el totalitarismo insular.

El peregrinaje a Cuba de estos apostatas de la democracia parece que pica y se extiende. Evidentemente les asisten intereses de política interior y  no de economía, porque es conocido por todos que Cuba le debe a todos los santos y  en particular a los de Argentina y México.

Que buscan en Cuba?, porque promueven un cambio radical en la política de Estados Unidos hacia el gobierno de La Habana cuando en la isla no ha tenido lugar el mudanza más insignificante a favor de las libertades publicas, son preguntas de difícil respuesta pero  confirman la idea de que los gobernantes latinoamericanos contentan a los sectores de la izquierda política de sus respectivos países visitando el Jordán cubano, lo que les aleja, al parecer,  de cualquier herejía que les aproxime al Gran Satán, Estados Unidos,  o al infierno de  la Globalización. 


Pedro Corzo

Febrero 2009